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Los quitapesares o quitapenas, según la tradición indígena guatemalteca y del sureste de méjico, cuando los niñxs tienen miedo o pesadillas por la noche, se los cuentan a sus muñequitos antes de irse a dormir y luego ls colocan debajo de la almohada. Al amanecer todos los problemas desaparecen.Hasta el día de hoy todavía se hacen estos muñecxs con hilo o tela,  cuenta que estos quitapesares son seres a los que uno les puede contar todos los problemas, temores, fobias o cualquier cosa que nos inquiete. Este rito se hace usualmente por la noche, antes de dormir, y durante nuestro sueño, ellos se llevan las cosas que nos acongojan.

 

Instrucciones:

 

* Si es regalada mejor.
* Concentrarse en la preocupación o pena al momento de acostarse.
* Contarle a la muñeca lo que queremos que se lleve.
* Colocar la quitapenas debajo de la almohada.
* Unas caricias en la pancita de la muñeca para que no le duelan a ella tus penas y por la mañana, habrán desaparecido.

 

 

 

 

 

Este tejido intenta promover un espacio para la sanación, como para llevar nuestros duelos y como forma de resistir al dolor y al olvido.

Entre hilos,  agujas, retazos y pócimas,  se percibe que tejer es construir, y en la medida que se hace, también tejeremos  vivencias, nuestro sentimientos y saberes -muchas veces perturbados y violentados dentro de este modelo capitalista, patriarcal y perneado de olvido-.

 

Nos interesa  principalmente tejer la palabra y la memoria entre mujeres, necesaria para no seguir muriendo, sino por el contrario coser entre el dolor y la tristeza formas de resistencia y autonomías propias, para poder escucharnos, y reconocernos. Fundamental para emprender luchas de resistencia o de defensa para romper el velo que nos impone una sociedad misógina, racista, de múltiples modelos que nos explotan y nos subyugan.

 

Un espacio de mujeres no es solo un lugar de seguridad e intimidad ante las constantes embestidas patriarcales. Es ante todo promover una autonomía de la mujer, y de unión, a través de una red de solidaridad y lucha entre todas mediante la sororidad, y un frente común, el derrocamiento del orden capitalista y patriarcal.

En esta medida se pretende que en lugares donde a diario se padece una realidad donde la violencia es el despertar de muchxs, o que haya tocado la puerta a nuestras vidas, pero que todavía no se haya sanado el dolor,  se buscará a través del tejido conjurar los miedos, exorcizar el olvido y detener el silencio para darle salida a la indignación, al dolor, y al sufrimiento, pero también para abrigar la esperanza y la fuerza...

 

 

 

“Tejer con el Hilo de la memoria”, propone reconocer y potenciar el valor del tejido para narrar, a partir del trabajo emprendido por las “Tejedoras por la Memoria de Sonsón”, que a través de sus manos, hilos, agujas, palabras y silencios, dan sentido a lo sucedido y configuran un espacio de enunciación colectiva, un costurero, para fomentar un oficio, tramitar el dolor, devolver la dignidad a los ausentes, celebrar la vida y restaurar el tejido social roto por la guerra.

 

Isabel González

Costurero de la memoria de Sonsón (Colombia)

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