top of page
Audre Lorde

 

 

MUJER

Sueño con un lugar entre tus pechos
para construir mi casa como un refugio
donde siembro
en tu cuerpo
una cosecha infinita
donde la roca más común
es piedra de la luna y ópalo ébano
que da leche a todos mis deseos
y tu noche cae sobre mí
como una lluvia que nutre.

 

LA DONCELLA

Una vez, yo fui mortal
junto a un océano
que tenía los nombres de la noche
pero el primer hombre vino
con su trineo de fuego
impulsado por el sol

Fui transportada
hasta el hueco lunar para una virgen
condenada a iluminar
un mundo árido de mañanas interminables
que espantan a la misma luna
Por dondequiera que corrí
en busca de algún camino a casa
la mañana había bifurcado
los ríos horrendos
que anidan evaporantes en el lecho espumoso
de mi madre mar.

El tiempo forzó la luna
hasta empreñarla
y me encontraron mortal
junto a un cráter
recitando
la mar de nombres de la noche.

Amina Said

 

Somos huéspedes desconocidos
en la casa del mundo
el mar la ola el escollo
el navegante descubriendo
la ausencia de boyas

somos el ojo que ve el ojo
y la visión que nos borra
somos aquello que miramos
en el fondo de los ojos
y que sabe que somos

somos lo único y el número
la cosa y su contrario
la multiplicación de lo visible
el ojo abierto sobre lo invisible

somos la sombra de la sombra
que entre la oscura claridad del sueño dormita

somos la huella sobre la arena
somos cada letra del alfabeto

somos el oráculo y el homenaje
la máscara suspendida en el árbol
el templo y el objeto ofrecido
a la luz muerta del templo

somos la pregunta
que no exige respuesta
somos la pregunta y la respuesta
ya que ellas no suman más que uno

somos el círculo
que se crea él mismo ad infinito
caminamos a grandes pasos en los dos sentidos
el calendario de los hombres
como una escala del horizonte
antes de ser invitados a franquear
de un salto el vacío que nos separa
de nuestro nacimiento

oscilando entre ebriedad y terror
somos eso que sabemos
y aquello que ignoramos
lloramos lágrimas de ámbar

somos la primera y la última palabra
la estrofa y el canto
y la boca que deseamos
aferrar a la cara del silencio

somos la mano insumisa
que traza el signo
el vértigo delante del abismo
abierto por el poema

cuando una palabra en nosotros duda ser dicha
alcanzamos la soledad más íntima
somos el paso y la marcha
el camino y la vía
y el último umbral que franquearemos
somos el lugar donde termina el mundo
aquel donde comienza


para quien nació cerca del mar
siempre el cielo será reflejo
de aquella otra parte que nos ha formado
la memoria es vasta como el mundo

ésta no es una ausencia tú me acompañas
como jamás me ha dejado
el canto de la mar en sus espirales de nácar
cuando tú vengas (porque tú vendrás)
es fuera del tiempo de los hombres
tú habrás hecho tu duelo de las nubes
como cada día la tierra se anudará a la luz
tú vendrás y quizás serás tú
el último serás tú el primero

el mundo es vasto como la memoria
a veces me pregunto quién habla por mi boca
quién hace éste sueño antes del alba
o entre el milagro del día
quién transcribe las palabras sobre la página
me sopla los silencios
troquela mis noches en cuartos
y condensa el rumor del mundo
en un suspiro de mujer
cuando yo venga (porque yo vendré)
ignoraremos el claro de luna helado
el rosario de los días y de las noches
extendidos entre la palma luminosa del sol
no sabremos más nada del mundo
y lo conoceremos todo
estaremos tan lejos de él que estaremos muy cerca
el tiempo que dura un vistazo alargaremos el tiempo

nos recordaremos nos olvidaremos
reviviremos el tiempo de infancia
seremos parlanchines seremos mudos
nos enraizaremos en las venas de la luz

cuando tú vengas (porque tú vendrás)
será para nuevos nacimientos
cerraremos las pupilas gemelas del sueño
seguiremos con la mirada navíos invisibles
contando hasta siete siete veces
y seremos pacientes impacientes
tormentosos apacibles porque de la palabra
al silencio y del silencio al aliento
habremos estado muy cerca de abolir el tiempo

vértigo despertares secretos
has tomado el lugar del día y el de la noche
desde entonces temo la prueba
y la multiplicación de las horas
rota sobre el espejo de tu cielo
soy una estrella muerta
una impronta vacía un reflejo

voy al azar desligada de la tierra
me miro vivir con los ojos cerrados
sobre los espejismos sin consecuencia del mundo
y permanezco sin excusa
caigo entre el eco impreciso del silencio
mientras que incineran mis sombras
que existían sin mi

no vuelvo la cabeza más que al llamado de mi nombre
yo bordeo lo imprevisible
el sufrimiento se burla de mí
el día la noche me hacen falta
la espera desposa la soledad
y la sombra que desciende sobre mi
rodea de negro mis ojos

yo me corono de indiferencia
y lloro arco iris inconcebibles
tengo bajo la lengua un delirio de palabras
que uno no se imagina y que solo libera
el vértigo transparente de los pájaros
estoy por fuera del espacio
ya no se saludar el tiempo

como en otra lengua
se oculta el secreto de las vocales
signos invisibles que el ojo recrea
yo inauguro la pérdida de un rostro

el ojo es una estrella entre un cielo negro
una lágrima de luz traza su surco
entre la claridad que hará el día
la hoja de los cuerpos cortará el espacio

llevamos el recuerdo de una ribera antigua
la antorcha del tiempo se consume
el ser refugiado en el ser busca su sombra
lenguaje perfecto del silencio

yo me empeño en hacer revivir
el pasado entre mi ojo izquierdo
el ojo derecho que el sol ilumina
se inventa un futuro incierto

yo no concibo la tierra sin el cielo
la luz sin el sacrificio de las tinieblas
el agua sin la sed de las piedras
el poema sin el ser el lugar sin la búsqueda

soy el absoluto del círculo y su tensión
la noche y la iluminación la sombra
y el umbral el fuego y el símbolo del fuego
yo soy mil yo soy una

yo comienzo y me recomienzo
entre el infinito de las metamorfosis
entre el calendario inagotable del tiempo
yo accedo a tu séptimo día

Chucho Peña

Esta ausencia tu ausencia

 

Se insurrecionan las palabras

y un grito en la garganta nos ahoga.

 

He callado tanto

que a esta altura de mi tiempo

ni las palabras pueden decir

lo que silenciosamente expresa mi garganta.

 

Vahos de alcohólica locura

se ubican ocultando el horizonte;

mi horizonte.

 

Para evitar una mentira más

no quiero escribir el epitafio

al último guerrero vencido

en una batalla sin nombre ni hombre.

 

Tan solo la vida vía tenebrosa

me guía hacia el epicentro del fuego

donde se posó frustrado mi sueño

de una mañana con vos hablar de guerras;

nuestras pequeñas guerras.

 

Las águilas dormitan

en las elevadas rocas de este sueño

nuestro sueño.

 

El canto fanstasmal del viento

me recuerda un pasado en mutua compañía

y mi futuro en compañ+ia de tu ausencia.

 

Mi alma arde

el pecho es sólo un incerto desierto

de helada arena

y oasis de orín de antiguos guerreros,

héroes inexistentes que libran duras batallas

con el recuerdo de su sombra.

 

Mar de arena solitaria

como esta ausencia tu ausencia.

como esta soledad

mi soledad presa del pánico.

 

Tengo miedo

siempre tengo miedo

que mi soledad sea el último sitio seguro

de nuestro territorio.

 

Cristal

 

Si al mirarte al espejo un día

te miras justo

como no te gusta ser mirada

 

no te sonrojes ni lo rompas

mucho menos lo disculpes

 

quédate así nomás

mirándote

mirándome

 

yo sabré recorrer

los callejones del miedo

y llegar a tiempo

por tu imagen.

RECUERDOS

por Al- Kahina, Canarias


Todavia recuerdo aquel dia justo desde el sitio donde me encuentro ahora.
La piedra mas alta de Tindaya.
Ya no se siente la seguridad de una misma aquí:
tengo miedo a gritar...


Recuerdo aquel dia, mirando el mar, Magec sobre mis espaldas.
"Me siento rara, no sé si son visiones borrosas o creo distinguir manchas oscuras en el mar", me pregunté.
Ahora todo cambió, hasta los pajaros aguiluchos negros lo notan,
están inquietos, ya no mueven la cabeza en busca de lagartos,
ahora la mueven para no ser cazados por los foráneos.
 

Todavia recuerdo aquel dia, no parecen que hayan pasado 500 años y pico.
Supongo que lo recuerdo tan bien porque nada ha cambiado...


Perdi a toda mi familia,
quiero desir, las mas cercanas,
pues como tribu todas somos parte de todas, o se intenta.
Mi padre desapareció un dia poco despues de que llegaron los bárbaros.
Mi madre y mi hermana fueron capturadas algún tiempo despues,
vi como se las llevaron en esos enormes barcos.
Hoy tengo las palabras, su lenguaje, para poder contarlo,
pues aquel dia, cuando veia esas manchas negras y blancas no entendía de que se trataba.


Recuerdo cuando llegaron y pisaron tierra.
Desde aqui mismo,
desde Tindaya se conseguia ver a lo lejos a estos salvajes desmontando todo su tinglado.
"Pobre de nosotras", pensaba, "qué carajo será aquello",
porque el mal presentimiento que me invadió no fue poco.
Ya, ahora, tengo el espíritu viejo,
el cuerpo sano, pero la mente envejecida.
El dolor te dice "arrorró mi niña",
pero quien logre bregar contra la dormidera,
sabra que el dolor siempre estuvo ahi, no tan cruel como hoy,
pero siendo parte de nuestra vida.
No hay dolor sin amor, y amor sin libertad.


Hoy Magec brilla fuerte,
aunque yo siempre fui mas de hablarle a la Luna, a Achuguayo.
Siempre me tranquiliza en las noches que desprende su luz, apaciguada pero magica.
Una noche me dijo que no pudo controlar las mareas cercanas a Herbania,
cuando llegaron los salvajes y asesinos conquistadores,
pues eso no dependia solamente de ella.
A lo que le conteste con mi mirada oscura que ahora nos tocaba a nosotras;
que esto no iba quedar asi.
Tanto fue el numero de asesinos y caballos que trajeron que por sólo cantidad,
ya se veía venir la masacre.
Aunque algunas pactaran, otras no.
Otras nos alzamos,
otras nos escondimos estrategicamente en las montañas,
aunque aqui en Herbania, solo fue para arrojarse al vacio.
Fui a parar a Achinet en unos de esos barcos llenos de borrachos y asquerosos asesinos caballerescos.
Fui tocada, fui violada, fui burlada, y fui arrojada en manos de otros en la isla de al lado.


Todavia recuerdo  aquel dia,
cuando en Chinet se libro la batalla de Asentehunt,
donde muchas combatimos y otras nos fuimos al monte.
Logré sobrevivir a traves de las ideas,
a traves del viento que lleva libertad por donde quiera que sople.


Hoy, aqui sigo, no por primera vez en Tindaya, pero si con este cuerpo.
Sigo alzada.
Hoy es una lucha mas encarnizada,
aunque no se vea la sangre correr por montones,
el dolor es indescriptible, sólo se puede sentir.
Y, sin embargo, es un dolor que no sólo ahoga y quema,
sino que nos alza mas y nos permite utilizarlo a nuestro antojo,
pura transformacion...


Y si hoy grito Vacuagüaré, Libertad o Muerte!
que la Libertad sea pa nosotras y que a ellos les quede sólo la muerte.

Tindaya (1495 - 26 de Enero de 2015)

bottom of page